De lo que dicen.

¿ A Gustavo?
A él lo conozco desde hace más de dos años, pero ahora que lo dices me doy cuenta que tiene un ojo más grande que el otro, que camina con un tumbao arrítmico, como si bailara tango mientras escucha una charanga, y que nunca se cambia esa camiseta gris que dice: ¿Como conduzco?
De él se dicen muchas vainas. ¡Es que la gente inventa cada cosa!
La semana pasada Lucas me preguntó que si yo era hermanito de él, y luego se echó a reír. ¿Será que la gente piensa eso porque tenemos el mismo apellido y un lunar muy parecido en la mejilla? O porque somos igual de bajitos y ninguno de los dos sabe bailar salsa. También dicen que se la pasa todas las noches deambulando por la ciudad, que duerme dos horas no más y escribe poemas a la luz de una vela negra, pero que nadie los puede leer porque están escritos en un idioma inventado por él. Pero ahora que lo dices y que preguntas, recuerdo que ayer Gustavo estaba tratando de decirme algo que parecía importante, como si tuviera una masa amorfa dificultándole la respiración, se notaba como agobiado. Todo comenzó mientras buscábamos en la biblioteca unos artículos sobre la reproducción de los leones marinos, es que él es mi compañero de grupo para el trabajo de fauna marina avanzada, después de horas de lectura sobre los rituales de apareamiento y la descripción exacta de la cópula de éstos mamíferos, él me preguntó que si este fin de semana iría a las jornadas eliminatorias del campeonato de natación femenino, y yo le dije que sí, que por supuesto ¡Cómo no iba a ir! Si mi novia Clara competía en la categoría de nado sincronizado, junto con las gemelas Pinto y la gordita Mariza, le conté que ella estaba entrenando duro y fuerte para esas competencias y que por eso hacía como una semana que no nos veíamos, el no dijo mucho, simplemente cambiamos de tema y no volvimos a hablar de ello.
¡Oiga si!
Gus es como medio raro ¿no?
Por ahí escuché que a comienzo de semestre, en la velada de coronación del reinado de la facultad “Señorita Caballito de Mar 1978” se pegó tremenda borrachera y se colgó de una de las lámparas empotradas en el techo del salón de convenciones, luego se quitó la ropa para tirarse a la piscina a eso de las dos de la mañana. Eso me lo contó Clara con más detalles, porque pobrecita ella, como sabe nadar muy bien le tocó lanzarse a sacarlo y luego darle respiración boca a boca porque Gus se estaba ahogando. Yo no pude ir esa noche, estaba en el velorio de mi tatarabuelo que murió de ciento catorce años parece que se lo llevó una intoxicación por sobredosis de jarabe para la tos. Pobre viejo, sobrevivió a la matanza de liberales pero de esa tos no se pudo salvar.
¿De Clara? Bien, todas las noches la llamo antes de irme a dormir, pero ahora ella se la pasa todo el día entrenando en las piscinas de la universidad, y cuando llega a la casa simplemente come algo ligero y se duerme temprano, a veces cuando llamo ya no me contesta, se podría decir que está en concentración y acuartelamiento de primer grado. Todo eso porque ella siempre lucha por lo que quiere. Pero ahora que me preguntas por ella…
¿Esas que vienen allá son las gemelas Pinto?
- Hola Como están
- ¿Qué tal el entrenamiento para el campeonato?
- ¿Cómo?
- ¡Lo cancelaron y hace un mes no entrenan!
Fin.

Victor Hugo Niño
Bogotá. 6 de Junio 2009