Nicolás es uno de los más reconocidos cuenteros colombianos. Hijo del famoso dramaturgo Enrique Buenaventura (qepd), de quien heredó el amor por las artes escénicas y la rigurosidad del trabajo. Ha participado cinco veces en Abrapalabra, representó a Colombia en el Fórum Universal de las Culturas de Barcelona y ha realizado incontables presentaciones, giras y temporadas en más de veinte países de América, África y Europa. Fue Premio Nacional de Cultura en la modalidad de cine. Bueno y eso seria poco decir.
Bueno, Nicolás Buenaventura es un icono dentro de la narración oral escénica, y es para mí un placer estar en esta "casi" conversación, y la primera pregunta para tratar es: el concepto de narración oral dada tú trayectoria y gran conocimiento.
El concepto de la Narración oral para mí depende de diversos puntos de vista, no me satisface la denominación “narración oral” y si la pregunta se refiere exclusivamente a la moda que reina desde hace unos 15 años y que pretende ser un arte nuevo, no tengo nada que decir.
Si por el contrario se trata del arte de contar historias, de escuchar historias, del arte milenario de la palabra, ancestral y contemporáneo, diría, para dar una definición breve, que es aquella forma que adquiere el pensamiento cuando discurre, cuando fluye. Cuando se sucede. El pensamiento tiene muchas formas, una de ella estaría expresada en esa necesidad irreductible que tienen los humanos de contar, de contarse y ser contados.
· Dentro de tus historias y montajes de narración, encontramos gran parte de mitología de muchas culturas, o creación tuya, todos conocemos la gran importancia de la mitología y el conocimiento de las antiguas culturas, pero encontramos gran dificultad en el manejo de la oralidad de estas historias: como trabajas esa oralidad?
Es una materia como muchas otras y a mi entender, esencial. No hay un secreto, una manera de trabajar los mitos de creación o de origen, cada relato es un universo y exige una voz, un tiempo, un espacio, y lo que me atrae sobre todas las cosas, en esos relatos es, justamente, que parecen intemporales de hoy, de ayer, de siempre, no se gastan.
· Un cuento corto:
No sé por qué en cada “entrevista”, “diálogo” o como se llame me piden un cuento corto como si la brevedad de un cuento o su extensión dependiera del lugar que ocupa en la página o del tiempo que toma leerlo. Aquí va uno que está publicado, los inéditos que tengo todavía pertenecen al mundo de lo contado de lo dicho y seguirán, por un tiempo, inéditos.
En un tiempo no había nada. Tan sólo el vacío, un vacío insensible y ciego.
Al vacío insensible y ciego le gustaba pensar de vez en cuando, sólo de vez en cuando. Cada vez que pensaba, los pensamientos se quedaban suspendidos, flotando en el vacío. Se fueron sumando los pensamientos, se conocieron en el vacío. Y se pusieron a jugar. Jugando, jugando, fueron creando nuevos pensamientos.
Al vacío comenzaron a nacerle como turupes, como jorobas... Esas jorobas estallaron y formaron palabras; porque el vacío era insensible y ciego, pero no mudo.
Las palabras rápidamente se levantaron y comenzaron a distinguirse: unas se volvieron árboles, enredaderas, arbustos y florecitas. Otras se hicieron agua; hubo las que se pusieron a nadar y se volvieron peces, las que se sentaron a descansar y se convirtieron en piedras. Las palabras "airevoladoras" se hicieron pájaros.
Hasta que las palabras, aburridas de nombrar, decidieron ser nombradas: dijeron "mujer", dijeron "hombre", y las palabras "mujer" y "hombre" caminaron, se encontraron, se nombraron y se amaron. Les pusieron nombres a las palabras. Apareció la palabra "casa", y la mujer y el hombre la habitaron. Se dijo "mesa", y hubo dónde sentarse a comer. Con la palabra "palabra" apareció la primera herramienta, y sentados alrededor de la palabra "fuego", la mujer y el hombre se contaron las primeras historias.
Por ahora estaremos con estas preguntas, al recibir tu respuesta Nicolás, entonces continuaremos la "casi" conversación. para todos nuestros lectores y escuchas.
amigo lector.
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